lunes, 10 de junio de 2013

Etiqueta: gay

etiqueta: gay
La experiencia a la hora de comenzar a escribir un blog o de dar a conocer una novela pasa por algo tan ineludible como odioso: las etiquetas. Entiendo que no hay otra forma más práctica de considerar las cosas nuevas que incluirlas en un espacio común, relacionarlas con algo que ya conocemos. Es como la vida misma. Cuando nos presentan a alguien, también lo hacemos, aunque sea de forma inconsciente. Necesitamos catalogarlo. Puedes llevar colgada la etiqueta de deportista, de bohemio, de pijo, de choni… alguna tiene que identificarte ante el resto.

Esto, que en principio tiene cierta lógica y es algo natural en el ser humano, creo que va cada vez a peor. Porque en este mundo que tanto tiende a la especialización y a la falta de flexibilidad, cuesta mucho ampliar horizontes y salirse de lo que se supone que debemos hacer. No es fácil hacer un disco de rock para después pasarte a la música electrónica y luego volcarte en el jazz. La gente se desorienta y no sabe cómo clasificarte. Igual ocurre en la literatura. Si escribes una novela negra, será difícil que luego el público acoja sin suspicacias un poemario. Sin embargo ¿no es mucho más divertido hacer cosas distintas? Incluso la orientación sexual se ve afectada por esto. Puedes ser heterosexual o puedes ser gay, pero… ¿bisexual? No todo el mundo lo entenderá.

Contra mi voluntad y a sabiendas de que no había una alternativa plausible, tuve que etiquetar mi novela con una palabra que no la define: homosexual. Y es que no creo que la orientación sexual de los protagonistas sea la base del argumento. En una novela que cuente la historia de amor entre un hombre y una mujer nunca encontrarás la etiqueta “heterosexual”. Tal vez esto dice mucho del camino que queda aún por recorrer hacia la normalidad. También es cierto que en muchas, pero muchas novelas de las llamadas de “temática gay”, la base fundamental de la trama sí  es la homosexualidad de los protagonistas y todo gira en torno a eso. Quizá lo que nos haría falta es editar más novelas que dejaran la orientación sexual del protagonista en un segundo plano, en las que ésta fuera algo meramente circunstancial. No podemos refugiarnos en el gueto de la “temática gay” o en el terrible tópico de la locaza como personaje secundario. Yo echo de menos que se  mezclen más géneros: quiero terror, suspense, ciencia-ficción,aventuras… con personajes homosexuales y sobre todo sin etiquetas.


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